jueves, 11 de diciembre de 2008

"Mi aventura de ser docente"

"Mi aventura de ser docente"

El presente análisis parte de coincidencias y de otras perspectivas originadas al concluir la lectura “La aventura de ser maestro” de José Manuel Esteve, así como de lecturas complementarias sugeridas, ayudándome a enriquecer la primera visión de mi confrontación con la docencia.

Si bien el ser docente no fue mi profesión original, a través del “hacer” y “fallar” durante 22 años lo he ido aprendiendo, con infinidad de limitantes simples o complejas que han dificultado mi labor, inicie sin saber serlo y sin que nadie me orientara para serlo, experimentando angustia e inseguridad y hoy me pregunto ¿Por qué ya no siento el mismo grado de ansiedad de cuando empecé a ser docente? ¿Por qué ya no temo quedar en evidencia ante un cuestionamiento? ¿Por qué ya no imito los métodos de enseñanza tradicionales de quienes fueron mis maestros? Después de haber leído, hoy me atrevo a darme respuesta soportándolo con lo que cita José M. Esteve: “…nadie nos enseña a ser profesores y tenemos que aprenderlo a serlo nosotros mismos por ensayo y error.” Lo importante radica en que de mis errores he aprendido porque los he retomado para mejorar y fortalecer mi seguridad en el desempeño docente; es decir, he iniciado la creación de mi identidad profesional.

Esta lectura me ha permitido revalorar que no hay que escribir lo ya pensado, lo existente, porque sólo sería trasmisor de un conocimiento; es más importante activar nuestra mente y encontrar nuevos conocimientos sintiendo y pensando ambos personajes que participamos en el proceso de aprendizaje, porque tal vez lo que siempre busqué como docente fue que el alumno pensara, analizara, criticara, entre otros; pero en muy pocas ocasiones lo hice sentir estando consciente de ello, por ejemplo: al impartir la clase de registro contable pido a los alumnos se ubiquen en el rol de propietarios del negocio, para que valoren la relevancia de su quehacer, yendo mas allá de una simple captura de datos, que experimenten el robo, pérdida o ganancias de su negocio; es decir, hoy me doy cuenta que sin proponérmelo pongo en práctica el enlace entre pensar y sentir y hacer pensar y sentir, como lo refiere Miguel de Unamuno ante su preocupación por enlazar “pensamiento y sentimiento”. Esto permite crear inquietudes, curiosidad en el alumno, fomentar el dinamismo de una clase para evita su aburrimiento, exige la innovación de contenidos, cambios en las técnicas de enseñanza, de forma tal que, como dice el autor, se sienta la libertad de ser profesor y creo que lo que conlleva la reforma curricular para lograr la construcción del conocimiento es lo que actualmente me permite actuar verdaderamente con libertad con mis alumnos.

Esta perspectiva marca la renovación pedagógica que como docente debo tener, transformándose en un reto que también implica temores, pero de lo cual espero opciones para mejorar en mi interacción con los alumnos, siempre respetando la identidad que como persona tienen, así como su rol de estudiante, porque hay algo que siempre cuido: tratarlos con respeto, equidad, sin menospreciarlos, trabajar la empatía al compartir mis conocimientos con ellos manejando términos comprensibles. Por tanto, al valorar mi actividad docente me doy cuenta que aplico la calidad de ser maestro de humanidad como lo refiere el escritor Unamuno.

También me hace recordar que al no ser docente de formación, me costó trabajo aprender cómo actuar, cómo motivar a los alumnos o cómo hacerme entender y mas aún aceptar la asignación de un materia no propiamente de mi perfil, pues no olvido que mi profesión universitaria carece de aprendizajes pedagógicos, tal como lo sita el autor al plantear la problemática de la identidad profesional de los maestros de educación secundaria, pues si mi profesión en algo coincide con el desempeño de ser docente son las relaciones humanas que conlleva el dar atención, servicio y trato humano al personal y como para tal función no existe un patrón que establezca como tratar a los alumnos, esto me da la libertad de implementar acciones de cordialidad. Por consiguiente, confirmo que estoy en un proceso de creación de mi identidad profesional.

Lo descrito por el escritor Esteve y por Marta Lluis Cladera en su participación denominada “Conseguir ser un buen interlocutor”, me hace recordar y revalorar que en mi trabajo de grupo el hacer uso de formas y medios adecuados de expresión o diálogo, el sabernos escuchar y preguntar, ha permitido buena comunicación e interacción que hace agradable y dinámica la clase, estableciendo confianza sin perder el respeto. Esto ha coadyuvado a la existencia de una disciplina grupal positiva.

En cuanto a los contenidos y niveles, como los intereses de los alumnos tienden a ser variados, mencionaba que aplico la empatía para tratar de entenderlos y de que me comprendan en el proceso de aprendizaje, situando mis conocimientos a su nivel pero existen situaciones académicas complicadas en las que es difícil rescatarlos cuando no existe interés por parte del alumno. Esto lo manifesté en motivos de insatisfacción, al igual que la existencia de algunos docentes que actúan con indiferencia a la responsabilidad contraída, situación que considera el autor Miguel Ángel Santos Guerra en su artículo “La concepción del profesor”.

Para concluir expreso que cuando externo que me siento a gusto de ejercer la docencia es porque realmente así ya lo siento y lo vivo, ya no la cumplo por obligación, compartiendo con ello la postura de Unamuno: buscar ser maestro de humanidad. Es posible, como él lo visualiza, que mucha gente no reconozca que la profesión de ser docente es relevante, sin embargo, para mí es orgullo y de mucho valor servir a la sociedad.

Ma. Natalia.

"Mi confrontación con la docencia"

“Mi confrontación con la docencia”

Entre la docencia y mi profesión.

En el año 1979 inicie mis estudios de educación superior en la carrera de Licenciada en Administración Pública de la Universidad Autónoma de Puebla, con grandes deseos de incorporarme al sector empresarial cuando concluyera mis estudios. Durante la etapa de preparación de mi tesis profesional, dedicándome a ello de tiempo completo, en mi ciudad de origen que es Tepeaca, se establece el CETis 151 con las especialidades de mecánica, contabilidad y alimentos, mismo que después de un año de dar servicio presentaba un problema grave: no contaba con profesor para impartir las clases de contabilidad.

Por parte de la Profesora Carolina López, Directora de la escuela secundaria para trabajadores, conocedora de la problemática del CETis, así como de mi formación profesional en el área económica administrativa, me invita a participar como docente en tanto concluía la tesis y presentaba el examen profesional correspondiente. Sin estar titulada, se me contrata para impartir un curso intensivo de contabilidad durante 2 meses, curso que me estresó demasiado porque me enfrentaba a alumnos de la primera generación que contaban hasta con 32 años de edad, cuando yo solo contaba con 23 años y sin experiencia docente; en las primeras 2 semanas siempre estuve a la expectativa, esperando que me preguntaran “algo” que no dominara y quedara en evidencia. Recurriendo a mi creatividad y siendo autodidacta, logré los objetivos del curso y grande fue mi sorpresa cuando se me solicitó aceptara la contratación como docente.

Así, mi experiencia docente inició el 1 de septiembre de 1985, impartiendo asignaturas con relación directa a mi perfil; ello fue una ventaja, era lo que dominaba y empecé a sentir agrado en lo que hacia. Posteriormente y de manera periódica fui participando en cursos de formación y actualización docente (pedagogía, estrategias didácticas, mejora continua, etc.) adquiriendo seguridad y más confianza en mi quehacer docente. Siempre he pensado que mi carácter me ha ayudado, pues trato a los alumnos humanamente, con tolerancia y paciencia porque con ellos y de ellos también he aprendido contenidos que por iniciativa propia no hubiera logrado.

Sin descuidar esta gran responsabilidad social logro titularme e incursionar temporalmente y de forma compartida en el campo empresarial, sin embargo, si la docencia no fue mi profesión original, estoy convencida que tenía vocación para ello porque poco a poco me fui involucrando, al grado de que actualmente constituye el cien por ciento de la actividad laboral que desempeño con gran sentido de responsabilidad. Así han transcurrido 22 años de servicio en la misma institución, incursionando en otras áreas académicas y tratando de comprender este nuevo reto de la reforma curricular.

En este nivel educativo me siento comprometida con la formación de nuestros adolescentes, trabajar en el NMS para mí significa mayor responsabilidad porque soy un eslabón que debe coadyuvar en su educación al compartirles mis conocimientos, procurando minimizar mis errores en su proceso de aprendizaje para que adquiera las competencias que le darán las armas para hacerle frente a las exigencias de su realidad.

Reconozco que he cometido errores, que mi actuación como docente no ha sido del todo buena porque también he tenido que improvisar o solucionar parcialmente problemas de carencias en infraestructura, materiales, recursos didácticos, etc. pero aún así sigo teniendo satisfacciones: el influir en la vida de mis alumnos no solo compartiéndoles conocimientos sino también dirigiéndolos en su “saber ser”, apoyarlos en su formación integral como seres únicos, irrepetibles, auténticos; que les facilite mejorar su calidad de vida. Esto no queda solo en la teoría, pues ha sido grato reencontrarme con exalumnos que por necesidad económica no continuaron estudios superiores pero que desempeñan oficios honrados o profesionistas que tienen muy buenos trabajos, con percepciones económicas suficientes, pero que en ambos casos con muestras de gran agradecimiento reconocen mi colaboración en su desempeño laboral.

Cuando se nos solicita hacer un listado de aspectos positivos y negativos de “X” actividad, en la mayoría de los casos tiendo a encontrar más fácilmente lo que no agrada pero lo importante es tratar de solucionar los problemas o encontrar la forma de cómo satisfacerlos, sin embargo, existen casos o cosas que escapan de nuestras manos.

¿Motivos de insatisfacciones? Varios: No contar con equipo de cómputo o paquetería necesaria en su momento para emplearlo en el módulo de componente profesional, cuando las competencias exigen que el alumno realice sus prácticas por medios electrónicos; cuando se nos habla de los altos índices de reprobación y veladamente se manifiesta la necesidad de aprobar al alumno para que las estadísticas reflejen que la institución está funcionando “bien”, ¿Y, la calidad del aprendizaje del alumno dónde queda?; la indiferencia de compañeros docentes ante la responsabilidad contraída; la apatía del alumno en el cumplimiento de su compromiso como estudiante; solo por mencionar algunas.

Atentamente:

Ma. Natalia.

"Los saberes de mis estudiantes"

“Los saberes de mis estudiantes”

Para crear la estrategia o plan de acción que favorezca el aprendizaje del alumno en el aula y apoyado en las Tecnologías de la Información y la Comunicación, básicamente con Internet, apliqué una pequeña encuesta a un grupo de 35 alumnos para detectar qué saben hacer en Internet y que proponen para mejorar su aprovechamiento basado en esta tecnología.

Obtenidas las respuestas, realice su vaciado en el andamio cognitivo “tipos de usos de Internet” agrupándolas en dos grandes clases: como reservorio y como espacio social, detectando en mis alumnos grandes habilidades en el manejo de esta herramienta; habilidades que obedecen a sus intereses inmediatos. Estos diversos usos que hacen de la Internet los alumnos son muy proporcionales para ambos grupos. Como reservorio, lo emplean para investigar información útil en la elaboración de trabajos y tareas, para escuchar música y observar videos, para complementar trabajos escolares con imágenes y fotografías; les es productivo para descargar software y juegos; para obtener fácilmente letras de canciones en inglés que emplean en dicha asignatura, lo utilizan para bajar música que agregan a los software que elaborar. Como espacio social de acción individual y colectiva, (espacio de comunicación) para buscar, crear, producir, compartir, colaborar, comprar, vender, obtener asistencia técnica y profesional, los alumnos lo emplean permanentemente para chatear con sus amigos, revisar correo electrónico, para checar su espacio hi-5, lo usan como pasatiempo para compartir juegos, para intercambiar comentarios de páginas de Internet, subir videos y para conocer personas.

Como puede observarse, los usos son variados y los alumnos tratan de salvar todo tipo de obstáculos para lograr sus objetivos, algunos alumnos verbalmente comentaron que el uso inicial de Internet lo realizaron intuitivamente pero que conforme lo han aprendido académicamente les ha permitido procesar su manejo con conocimiento.

Analizado los resultados, conjuntamente con los educandos, se propone como estrategia “Crear una plataforma en el plantel para cada semestre en donde los alumnos puedan formar grupos de trabajo, supervisados por el facilitador, donde se proporcione el tema, las páginas a consultar, los tiempos de realización de la actividad y las competencias a desarrollar. Debiendo los participantes interactuar entre sí y con otros grupos para compartir saberes. Siendo en la escuela, preferentemente, el lugar para desarrollar la actividad dentro del aula. Mostrando en la plataforma actitudes positivas con la finalidad de construir un aprendizaje significativo y humanizante”

Como esta actividad requiere de un trabajo de equipo es importante señalar quiénes van a enseñar a quiénes, qué les enseñarán y dónde lo harán. En función a la estrategia se determina que son los mismos alumnos los que aprenden al compartir saberes (conocimientos, habilidades, valores y actitudes) siempre guiados y supervisados por el profesor quien también aprenderá de ellos; para lo cual se consideran tres situaciones:

A) El maestro enseña al alumno
B) El alumno enseña al maestro
C) El alumno enseña a sus compañeros.

El maestro enseña al alumno a: clasificar y seleccionar información, consultar enciclopedias virtuales (Wilkipedia, Encarta 2008), elaborar páginas Web, crear correo electrónico, enviar y recibir mensajes de correo y adjuntar archivos, usar navegadores, utilizar buscadores para localizar información específica en Internet, establecer comunicación interpersonal, síncrona y asíncrona.

La evidencia por parte del docente serían las secuencias didácticas, planes y programas de estudio, inscripción en la certificación de Microsoft e instrumentos de evaluación (lista de cotejo, guía de observación, rúbrica, etc.); la evidencia por parte del enseñado es el portafolio de evidencias.

El alumno enseña al maestro: el uso de Internet como medio de comunicación, al utilizar óptimamente e-mail, Messenger, redes sociales (Hi-5, MySpace, Youtube, etc.).

La evidencia por parte del enseñante y enseñado es la creación de cuentas de usuario, historial de correos enviados y recibidos, la creación e invitación a los blogs y foros de las redes sociales etc.

El alumno enseña a sus compañeros a: crear cuentas de usuarios en correos electrónicos, a buscar información sobre temas de interés de sus asignaturas, a bajar videos, a chatear, al manejo de redes sociales, a bajar música, videos, fotos, juegos para después ser usados en sus celulares; a intercambiar programas para la optimización de su computadora personal.

La evidencia por parte del enseñante y enseñado es la creación de cuentas de usuario, historial de correos enviados y recibidos, la creación e invitación a los blogs y foros de las redes sociales, habilidad del alumno para intercambiar información entre las diversas TIC (celulares, computadoras, etc.).

Lo importante es aprovechar las habilidades tanto del docente como del alumno para crecer académicamente, donde los educandos mas diestros en el manejo de la informática apoyen a sus compañeros menos avanzados, optimizando el tiempo y el conocimiento.